Conducir en estado de ebriedad es un problema persistente y trágico en los Estados Unidos, con un número de muertes que continúa preocupándonos a todos cuando salimos a las carreteras. A pesar de décadas de campañas de concientización pública, leyes estrictas y mayores esfuerzos para hacer cumplir la ley, el impacto de conducir en estado de ebriedad sigue recordándonos el trabajo que aún queda por hacer para reducir las cifras de muertes por conducir bajo los efectos del alcohol.
Según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras (NHTSA), las muertes causadas por conductores bajo los efectos del alcohol representaron aproximadamente el 28% de todas las muertes relacionadas con el tráfico en los Estados Unidos en los últimos años.
Los accidentes por conducir en estado de ebriedad no discriminan; Afectan a personas de todas las edades, orígenes y estilos de vida. Es una tragedia evitable que deja una marca indeleble en los seres queridos de la o las víctimas que pierden a un ser querido a causa de la conducción negligente de otra persona.
Si bien las estadísticas pueden ser desalentadoras, aún hay esperanza. Los esfuerzos para combatir la conducción en estado de ebriedad han tenido un impacto significativo ya que las leyes del DUI (Conducir bajo los efectos del alcohol), que establecen una mayor presencia policial durante las horas pico de consumo de alcohol y campañas educativas han contribuido a reducir el número de muertes por conductores bajo los efectos del alcohol a lo largo de los años.
Además, la tecnología ha desempeñado un papel a la hora de abordar este problema. La amplia disponibilidad de servicios de viajes compartidos y aplicaciones móviles para organizar un transporte seguro a casa ha brindado a las personas alternativas más viables para que no tengan que conducir en estado de ebriedad.
Pero la batalla está lejos de estar ganada. A pesar de los avances, todavía queda mucho trabajo por hacer para reducir aún más el número de muertes causadas por conducir en estado de ebriedad. Esto incluye la promoción continua de leyes de DUI, mayor acceso al transporte público y educación continua sobre las consecuencias de conducir bajo los efectos del alcohol.
Es importante que todos recordemos que tenemos un papel que desempeñar en la prevención de tragedias por conducir en estado de ebriedad.